viernes, 1 de mayo de 2009

Phu Quoc-25 de Abril

Aviso importante: Esta entrada contiene algunas imagenes no aptas para la persona afecta a los animales, de ser impresionable, abstenerse.
Parecio mas una fuga que una salida, la nuestra de Can Tho. Esta vez con rumbo oeste, hacia la isla de Phu Quoc, otrora camboyana, hoy vietnamita, con tensiones bilaterales aun no resueltas.
Creo que fue el viaje en barco mas peligroso que vivi en mi vida, ni el cruce del canal de la mancha me sacudio tanto las tripas como este. Empece a desconfiar cuando percibi que la cabina del aliscafo a la que subimos en el puerto de Rach Gia, a dos horas de Can Tho, estaba dividida en dos habitaculos, el delantero con una pocas plazas (30 o 40) y el trasero, bastante mas grande (130 plazas aprox). El problema no era la division espacial, sino la etnica. Detras estaban todos los vietnamitas (de los cuales ya conocemos su tendon de Aquiles) y delante los 20 forasteros, 6 o 7 australianos, 4 o 5 franceses, un par de alemanes y 4 argentinos, que casualmente eramos nosotros. Igualmente mi teoria comenzo a verificarse cuando un tripulante empezo a pasear por los pasillos ofreciendo bolsitas de naylon negro y pastillas de colores, supuse que Dramamine. A los diez minutos de viaje se termino de confirmar, cuando la trompa del aliscafo se estrello por segunda vez contra el agua y se llevaron en andas, con la cara transparente, a la unica vietnamita que viajaba adelante con nosotros. Hubo gritos de sorpresa, de temor, algun llanto, y algunos momentos de tension durante gran parte del viaje (3:30 horas, mas que cualquier pelicula de terror). Pero siempre hay un final y esta no fue la excepcion a la regla.
La isla es increible, es de esos lugares donde encontras personas que alguna vez dijeron:..." yo cuelgo todo y me pongo un puestito de lo que sea, me vengo a vivir aca"... y lo hizo. Un suizo con un chiringo de comida en el mercado nocturno, un frances con un boliche de ropa canchera y un kiwi administrando una serie de bungalows sobre la playa, faltaba el busca argentino y cantabamos bingo. Como para no querer quedarse....
Son solo algunas de las tantas, con arenas blancas, que visitamos.
En muchos casos, no solo vivir aca es un lujo, sino tambien morir.

Nosotros alquilamos dos bungalows sobre el mar que daban mas ganas de estar afuera que adentro, no solo por lo lindo del paisaje sino por lo feo del bungalow. En la foto parece agradable.
El primer dia me camino por el brazo, sin pedir permiso, una arania de 10cm de diametro con las patas mas peludas que las mias. La persegui con el Off, pero no logre disuadirla, de esto me di cuenta al dia siguiente que me camino por la pierna, desde el tobillo hasta la rodilla, hasta que le pegue un sopapo, que no se merecia, y la hice rodar por el piso. Igualmente lo mas impresionante no fue eso, sino que durante la ultima madrugada, desde ese techo de paja cayo un liquido, atravezando el tull mosquitero, sobre las piernas de Augus que recien se habia despertado y estaba intentando despegar el cuerpo adherido a las sabanas sudadas despues de una calurosa noche. Despues de elucubrar varias teorias llegamos a la conclusion:..."un meo de rata o lagartija no le hace mal a nadie"....
Nada de estos hechos lograria opacar el encanto de Phu Quoc. Alquilamos motos durante tres dias seguidos y la recorrimos de punta a punta. Por rutas polvorientas, a veces lluvia y sol intenso, cruzamos puentes de toda indole. Visitar estas humildes aldeas de pescadores y lograr intercambiar aunque sea dos palabras, dos sentires, siempre logra en mi, hacerme sentir un poco mas grande. Su gente nos recibe como se lo imaginan, en realidad creo que mejor, no estamos acostumbrados a recibir este trato por parte de "desconocidos".Las mujeres trabajan mucho sobre las redes.Parecen obras de arte.Los hombres se dedican a negociar la venta del dia.Las mujeres suelen ser muy coquetas y tienen mucho cuidado de ellas mismas sin ningun tipo de problema en demostrarlo abiertamente.Los chicos, se divierten, corren y monigotean cuando nos ven llegar, siempre con algo de nerviosismo y desconfianza por la novedad y el desconocimiento de estas personas con facciones tan diferentes.

Algunos se enojan pero rapidamente logran relajarse y regalan las mejores sonrisas, las mas naturales, las mas emotivas.
Comen arroz y fideos ensopados en caldos y todo tipo de pescados, varias veces por dia.
Los caracoles fueron un gran descubrimiento de sabores, aca los hay de todo tipo y los cocinan de diversas maneras, siempre frescos "como recien sacados el agua"Los cangrejos y langostinos tambien formaron parte de nuestra dieta diaria, si me pongo a recordar creo que no perdonamos a nadie.

Me olvidaba de los erizos de mar, recien arponeados de entre las rocas, en este caso subidos a un bote, paseando por un pequenio archipielago al sur de Phu Quoc.Aderezados con salsa de Mani, lima, lemongrass y chili.

Duong Dong es la capital de Phu Quoc, una pequenia ciudad animada enclavada sobre el estuario del rio homonimo que desemboca hacia el oeste, en el golfo de Thailandia. Su principal actividad es la pesca.Y es una de las productoras mas importantes del pais de Nuoc Mam (salsa de pescado fermentado) ingrediente infaltable en la mesa vietnamita. Las tinajas albergan toneladas de pescado salado que fermenta durante 8 a 10 meses y deja decantar un liquido transparente, levemente color ambar, con un olor insoportable y un gusto inigualable.Recorrimos sus calles, sus mercados y charlamos con su gente. Suelen vestir prendas de colores vividios, muchas veces coinciden con los productos que venden.
No cabe duda que siempre son frescos.Yo avise!

Es imperdible la caminata por sus pequenios pasajes.Uno nunca sabe con lo que se puede toparY de paso jugar un rato.
Por la tarde cuando el sol empieza a caer las calles reviven del calor sofocante y se animan con las salidas de los colegios.Duong Dong comienza a latir y un jugo de cania fresco es la mejor escusa para tomar un respiro, hidratarse y seguir caminando.




Pero Vietnam tenia que terminar algun dia dentro de nuestro cronograma y el 27 de Abril, como el vencimiento de nuestra visa acusa, Julian Weich nos obligo a dejar la isla con nuestras mochilas a cuesta y un nuevo objetivo, cruzar la frontera desde Vietnam hacia Camboya.
VIETNAM, Tam biet, hen gap lai (chau, nos volveremos a ver).